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Wednesday, October 13, 2010

Bola de estambre





Un gato blanco juega con la bola de estambre. La muerde, la patea, la desilacha poco a poco.
La delgada linea roja(como nuestra sangre) de estambre va corriendo sobre los muebles de sala, en la pequeña mesa del centro , da dos vueltas en la  pata del sillon antiguo, tumba el florero. Rompe el vidrio, (el agua cae, la rosa muere) Dos o tres nudos mas. El gato extasiado sigue corriendo, ahora hacia la cocina. Sobre el pollo rostisado, en la puerta del refrigerador.( Los vasos miran con cautela). Sube agilmente a la mesa, arrugando el mantel impecable, los cubiertos de plata se enredan con el hilo, todo cae al suelo haciendo un estruendo doloroso. El gato duda un momento , despues baja de la mesa y corre hacia el comedor de la casa,  monta sin dificultada a la gran mesa de marmol y  sin previo aviso da un salto hacia el tocador principal, (el cual es el mueble mas alto de la casa ) Desde arriba el gato mira  hacia la casa triufante, la desilachada bola roja yace en su boca, pero el hilo que ha dejado en su camino cubre toda la casa como un camino confundido, enredado, sin ningun sentido definido. Un rojo desbordado, un rojo que ha buscado algun escape.(El abanico del techo da vueltas mil vueltas, el gato mira hipnotizado al artefacto.)

Amigos mios, cuando llegue nuestro tiempo, probablemente no vamos a dar cuenta de ello. Estaremos ocupados, distraidos, cruzando alguna  calle de la ciudad, o soñando alguna historia de nuestro pasado. Y entonses el gato blanco saltará del tocador principal   hacia la ventana abierta de la casa. El hilo rojo que anteriormente trazó el camino de nuestras vidas se enredará con el endemoniado abanico , provocando asi , la gloriosa escena del desenlaze Una lluvia roja girante.Un torbellino despiadado que romperá con el orden de las cosas. El caos del principio y del final de los tiempos. Entonses aquella bola de estambre roja que cubria nuestra alma, será totalmente desilachada y nuestra alma que aguardaba dentro del estambre quedará entonses liberada.

Jose Juan Vaquero

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